8 de la mañana. Te despiertas lentamente, abres la ventana, respiras profundamente, abres los ojos y… enfrentarse al desastre. Tu césped está amarillento, seco, escaso: en una palabra, lamentable, y su estado te hace llorar.
8 de la mañana. Te despiertas lentamente, abres la ventana, respiras profundamente, abres los ojos y… enfrentarse al desastre. Tu césped está amarillento, seco, escaso: en una palabra, lamentable, y su estado te hace llorar.